Viajes inolvidables

El verano pasado teníamos la intención de acudir a dos reuniones de las secciones de nuestro motoclub @mcmadonnadeloscentauros de Suiza (Friburgo) e Italia (Alessandria-Castelazzo) que habían calendado demasiado próximas para ir a Suiza, volver a España y regresar a Alessandría.

La solución pasaba por renunciar a asistir a alguna de las dos, ya que por tiempo y por días era imposible. Sin embargo, el genio de nuestros viajes, Higinio (#Higiniosiempreconnosotros) que, desgraciadamente, nos dejó en diciembre pasado (DEP) se sacó una propuesta de la chistera que enseguida nos encandiló a todos. Tanto que nos hicimos una camisa para conmemorar y recordar la “ocasión”.

La idea fue partir el viaje en dos, regresando a España en avión una vez terminada la reunión de Friburgo y dejando las motos en el Hotel que, tan sabiamente dirige nuestro otro de nuestros socios “Toño” en los alpes austriacos (Waidring-Austria).

La salida, como casi siempre, fue en escalada: Cada uno que salga cuando pueda, por donde quiera y con quien quiera y “nos vemos en Friburgo”. Yo salí con mis reinas (mi K 1600 GT y mi mujer) rezagado de Higinio, Toño y Jesús con los que quedé en Francia para hacer el resto del camino juntos. Tenía que hacer noche en Tarragona y aproveché para conocer un tramo de carretera que no conocía y que me sorprendió “muchísimo”: Desde Zaragoza a Tarragona por la N-322 y N-420, 240 kms de pura diversión, no sin antes de hacer mi parada obligada a saludar a la “Pilarica”, capitana de la tierra aragonesa y patrona de España y de la Guardia Civil.

A la mañana siguiente “madrugón” y un buen tirón “por autopista” porque había quedado para comer en Ver-pont-du-Gard, para ver uno de los acueductos romanos mejor conservados de Francia.- 

Una vez hecha esa visita, sin mucha sobremesa, porque el programa no lo permitía, nos dirigimos a sumergirnos por los Alpes, en busca de los ansiados coles pasando por un par de lugares muy recomendables por sus bellos paisajes, Parq natural regional Baronnies provenzales y el Lag du Sautet (Corps).

El primer Col que recuerdo fue el Col de Parquetout (1382 mts), para entonces debería llevar unas 12 horas desde que salí de Tarragona, pero la sonrisa  se me escapaba de dentro del casco.  Luego el Col d’Ornon (1371 mts), el ansiado Alpe D´huez (1860 mts) y un solitario Col de Sarenne (1999 mts), tanto que dejamos las motos en mitad de la carretera y las vistas no dejaban de ser cada vez más impresionantes. 

Todo para llegar a dormir al pie de una estación de esquí en Auris en un hotel en el que prácticamente éramos los únicos huéspedes que por allí se atrevieron a llegar el 20 de junio a las 21 horas.  Había que descansar que al día siguiente las curvas estaban ansiosas de vernos pasar, ¿o sería al revés?.

El viernes 21, madrugamos, como siempre y sin esfuerzo para continuar viaje. Que diferente es madrugar para seguir de ruta, que para ir a trabajar todos los días, casi no te hace falta ni despertador. Entre otras cosas, porque Higinio ya se encargaba de azuzar al personal.

Ese día empezamos por el Alpe D’Huez, sí por el mismo que habíamos visitado el día anterior,  Jesús se había olvidado de hacerse la foto de rigor y no nos resistimos a subirlo “de nuevo”. Si podéis, merece la pena hacerlo varias veces, dos mejor que una.

Luego vendría el Col del Gladon (1924 mts) (donde nos hicieron el fotón del viaje) y la Croix de Fer (2067 mts), Col du Cahussy (1533 mts) y la Madeleine (2000 mts) donde nos tuvimos que parar a comer, aprovechando que nos cortaron porque pasaba una vuelta ciclista. De ahí la foto con mi amigo el Gendarme.

Finalmente, llegamos a Friburgo (Suiza) sobre las 20 hs a la casa de nuestro socio suizo, Charles, que nos ofreció una cena a base de fundís espectacular y donde nos juntamos con el resto del grupo: Juanma, Agutxane, Ricardo, Maic, El Pirata, Chema y Carolo.

El sábado de descanso, no sin antes visitar un alto cercano con unas vistas inmejorables, el Gurnigel (Suiza) al que solo pudimos llegar por indicación de Charles. Comida en un típico restaurante y cena en el lugar de la concentración, un polideportivo que como curiosidad en el sotano tiene un refugio antinuclear, como en muchos pueblos de Suiza.

El domingo fue la reunión internacional de la Secciones del motoclub Madonna de los Centauros y quien mejor que Higinio para representar a la sección española. En la foto lo podemos ver saliendo de la Iglesia con la moto. Para los no familiarizados, un motorista (1er Centauro) de cada sección es elegido en cada reunión para representar a su país y asistir a la misa con su moto dentro de la catedral de Friburgo (Suiza).

Una vez terminado el acto central de la reunión y sin tiempo que perder dirección a Waidring (Austria) donde está el hotel donde dejaremos las motos para acabar esta primera etapa del viaje.

Todavía nos quedaba por ver un espectacular Oberalpass (Andermatt) donde todavía quedaban un buen par de paredes de nieve a los lados de la carretera. Llegamos a dormir a un pueblo (Cuera-Suiza) muy pintoresco y que recomiendo que se vea si alguien pasa por allí cerca. Ideal para una buena cena y buen paseo después de una jornada de moto repleta de emociones.

Al día siguiente, raudos empezamos el camino que aún nos esperaban el Julierpass (2284 mts), Forcola di Livigno (2315 mts), el pueblo de Livigno, enclave italiano libre de impuestos dentro de Suiza y el ansiado y archiconocido Passo dello Stelvio (2760 mts), después el Mortirolo (1852 mts) y el Passo del Tonale (1883 mts) en la antigua frontera austrohúngara donde hay un espectacular monumento en memoria de los militares caidos en la I Guerra Mundial  en la llamada “Guerra Blanca” y donde descansan, 847 caídos (34 desconocidos). El Santuario Militar del Paso Tonale está ubicado entre los majestuosos picos de los macizos Adamello y Ortles, en la frontera entre Trentino y Lombardía. 

Después solo un par de pasos más dirección a Bonzano donde pasaríamos la noche. Entre ellos, me resultó especialmente divertido, el Mendelpass/Passo Mendola, (1362 mts) y ello a pesar de que íbamos con una buena paliza de kilómetros, no sin antes parar en un pueblo que merece la pena echar un rato, Merano (Italia). 

Como espectacular fue al dia siguiente el Passo-Sella (2248 mts) lugar que ningún piloto de moto se debería perder en su vida. Luego el Passo Pordoi (2239 mts) donde tuvimos que hacer malabarismos para quitar la pegatina que tapaba la altura del paso.

Y claro tanto paso y tanta curva acabó por dar cuenta de mi neumático trasero que necesitó un cambio urgente, gracias a Giuseppe que lo hizo en un periquete en un pueblo que también merece la pena ser visitado, Cortina D’Ampezzo. 

Otro tramo más con “zapatillas nuevas” para llegar a la frontera de Austria con Italia, no sin antes esperar el paso de un colorido tren que se nos cruzó en el camino. Unos cuantos kilómetros más y llegaríamos a nuestro destino final de esta primera etapa del viaje, el Spa-hotel Waidringer Hof en Waidring (Austria).

Un par de días de descanso para nosotros y 15 días para nuestras motos que se quedaron allí a la espera de la segunda etapa del viaje. Nosotros regresamos a España “en avión” desde Munich  (Alemania) a magullar este primer viaje y a esperar para volver, también por el aire a buscar a nuestras motos. 

Nos esperaban en esta segunda etapa la maravillosa carretera de Grossglockner (3768 mts pico más alto de Austria), considerada por muchos la carretera alpina más bonita de Europa y la vuelta a España, pasando por la reunión de la sección italiana en Alessandria (Italia) donde tuve el honor de representar a España. Pero esa segunda etapa, ya la contaré otro día porque también tuvo “su miga”.

En recuerdo y memoria de Higinio “El cordobés volaor” varias veces campeón de España de mototurismo fallecido en diciembre de 2019 y que este fue el último “gran viaje que hicimos con él”. #higiniosiempreconnosotros

“Hoy me han dicho que tal vez inicies un nuevo viaje.
Incansable, impagable, alegre y distraído,
El cordobés va km a km disfrutando del viento,
de su moto y del paisaje.
Vuela amigo y sueña con tu nueva aventura.
Quédate con las coordenadas que pronto
nos guiarás por esa dimensión de la absoluta libertad,
donde se hacen kilómetros sin parar,
donde no te cansas, porque en la eternidad estás.
Enciende las luces largas y acelera como tú solo sabes,
Cierra los ojos y aprieta los dientes,
Esperemos que, pronto los centauros de acero,
volverán a viajar de nuevo y esta vez para no volver jamás.
Porque si hay un perfecto cielo, lo descubrí siguiendo tu rueda.
Porque si hay un verdadero amigo, tú lo demostraste conmigo.
Porque si hubiera un trocito de asfalto que no hayas pisado,
estoy seguro que pronto lo pasarás en ese cielo.
Ráfagas compañero”.

Garbo

@garbomadonna